Svante Pääbo se encontró con una sorpresa al regresar a su lugar de trabajo.
El genetista sueco Svante Pääbo obtuvo el Premio Nobel de Medicina y pocas horas después volvió a su trabajo. Lo esperaba una sorpresa: al pasar la puerta de ingreso, sus compañeros le dieron una ovación.
El genetista ganó el máximo galardón de la ciencia “por sus descubrimientos sobre los genomas de los homínidos extintos y la evolución humana”, según comunicó el comité del Instituto Karolinska de Estocolmo.
Pääbo “logró algo aparentemente imposible: secuenciar el genoma del neandertal, un pariente extinto de los humanos actuales”.
La investigación seminal dio lugar a una disciplina científica completamente nueva: la paleogenómica.
Al revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivos de los homínidos extintos, sus descubrimientos sientan las bases para explorar lo que nos hace únicamente humanos.
Aplausos y gritos se hicieron presentes el primer día de trabajo luego de haber ganado el Premio Nobel.
Sin duda, la emoción en la mirada y sonrisa de Pääbo, demuestran la humildad y la sorpresa que significó ese recibimiento.
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